lunes, 19 de diciembre de 2011

Puedes estar minutos, horas, días, semanas o incluso 

meses analizando una situación, esperando a que 

ocurra algo. Intentando poner las piezas en su sitio, 

reconstruyendo lo que en su día se rompió, 

justificando 

lo que pasó, o lo que pudo pasar... 

O simplemente puedes dejar aquel destrozo en el 

suelo, 

seguir adelante





A veces lo que esperas es peor si lo comparas con lo inesperado. 
La razón por la que nos aferramos a nuestras esperanzas es lo que nos mantiene vivos, en pie, esperando. 
Esperar es sólo el comienzo, 
lo inesperado es lo que cambia nuestras vidas.
 :)

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