sábado, 24 de diciembre de 2011

Plantearos esto...

Y piensas que si apareciese alguien que te hiciese recuperar tu amor propio, alguien que te haga olvidar definitivamente al otro alguien anterior, alguien que acabe de sellar esa última  rotura en tu pequeño corazón. Alguien que te haga dormir por las noches con una sonrisa en la cara, o simplemente que te quite el sueño. Alguien que te haga alcanzar el estado máximo de la felicidad. Alguien que solo quiera lo mejor para ti, que su mundo se resuma en ti. Alguien que te sonría y te tiemblen las piernas, así sin más. Alguien que te quiera, pero de verdad de la buena…

…Pero te olvidas de una cosa: Antes de esperar que aparezca ese alguien que te quiera de verdad de la buena tienes que empezar por quererte primero a ti misma. Tienes que empezar por aceptar tus defectos, y tus virtudes. Tienes que prepararte tanto o más como si fueses a la guerra. Debes esperarte cualquier cosa: risas, lagrimas, temblores, miedos, ilusiones, esperanzas…sentimientos que así de boca suenan a poco pero que en persona siempre consiguen dejarte en la cuerda floja. Antes de que aparezca ese alguien debes estar segura de que quieres que aparezca, de que quieres que forme parte de tu vida, que ya no sea solo una, sino dos piezas las que componen el puzzle. Y cuando estés segura, te arriesgas, mientras, disfruta de lo demás, porque tienes una familia maravillosa, unas amigas envidiables, y una vida a tu medida…


Así que déjate de príncipes azules, porque recuerda, que los príncipes siempre aparecen al final del cuento, y no querrás acabar tu cuento tan rápido ¿no?.

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