He cometido muchos errores, lloré por quien no debía y reí con falsas amistades. Cuando decía nunca más, volvía a hacerlo. Perdoné demasiado, callé muchos “te quiero” que por miedo se quedaron en el aire. Callé verdades por no hacer daño, abracé a personas que no se merecen ni el roce de mi piel, pero lo más importante, no me arrepiento de nada, después de lo bueno, siempre viene lo mejor.

...Y es que en mi vida siempre a sido arriesgar y perderlo todo, soñar y desvanecerme, confiar y caer en la trampa. En mi vida las cosas cambian, para mal, para bien... se restauran, se desvanecen y resurgen de sus cenizas. Todo y nada, nada y todo. Siempre igual. Pero por un momento dejo de pensar, por un momento todo deja de existir a mi alrededor. Me despierto y pienso en ti. Contigo todo era diferente, contigo arriesgué, lo arriesgué TODO. Y gané, por un instante gané. Duró poco pero lo dije todo, te dije todo lo que sentía, te dije todo lo que me gustaba de ti. Incluso te señalé el punto exacto donde herir...

Yo aún te recuerdo y tal vez…

Tal vez, una sonrisa se parezca a la mía.
Tal vez, unos ojos te miren como yo te miraban los míos.
Tal vez, algunos labios te susurren como yo solía hacerlo.
Tal vez, alguien te abrace como yo te abrazaba.
Tal vez despeinen tu pelo como lo hacia yo.
No se, pero tal vez un día, tu, te acordaras de mi.

Confesare que...:

No puedo dormir sin decirte que me haces feliz, ha pesar de nuestras riñas, malos entendidos y muchas cosas más típicas en una relación, sin decirte; que aun que suene cursi, has llenado mi vida y aun que suene fanático,  no quiero perderte nunca ya que has llegado a ser el puto único motivo de levantarme, seguir adelante y sonreír en mi día a día. Que puedo llegar a soñar vidas a tu lado, cosas inimaginables pero lo que quiero confesar es que soy feliz por haberte conocido.

Entonces le miré profundamente a los ojos y encontré todo lo que andaba buscando, encontré el amor.

He aprendido que los amores, pueden llegar por sorpresa o terminar en una noche. 

Que grandes amigos pueden volverse grandes desconocidos, y que por el contrario, un desconocido puede volverse alguien inseparable. 

 Que el “nunca más”, nunca se cumple, y que el “para siempre”, siempre termina, 

Que el que queire, lo puede, lo sigue, lo logra y lo consigue. 

Que el que arriesga no pierde nada, y el que no arriesga, no gana.

 Que si quieres ver de verdad a una persona, búscala, mañana será tarde. 

Que sentir dolor es inevitable, pero sufrir es opcional. 

Y sobre todo, he aprendido que no sirve de nada, seguir negando lo evidente.

Como decirle a alguien que te gusta y salir bien parado.

Tu: Oye tengo algo importante que decirte...
 
Alquien: Dime.

  TU: Me gustas y soy batman.
 
Alguien: ¿Qué?.
 
Tu: Que soy batman...
 
Alguien: no pero...
 
Tu: Si, sé que es impactante pero soy batman.
 
Alguien: Oye pero tu a mi no..
 
Tu: ¡Cuidad gotica me necesita! *se va*
 
Alguien: ._.

“Si, Campanilla, la de Peter Pan. La olvidada campanilla. A muy pocos le importaban los sentimientos de Campanilla, todos los niños querían que Peter se fuera con Wendy, la chica encantadora que le cosió su sombra a los pies, que le dejó la medicina cuando ella decidió hacerse mayor y dejarle.. Oh, qué gran persona. Y una mierda! ¿Crecer? No te importa crecer si tienes al amor de tu vida para siempre al lado tuya.. El verdadero amor era el de Campanilla, que arriesgó su vida bebiéndose la medicina envenenada para que no muriera Peter, y todo.. ¿Para qué? Para que el la empujara, para que el sólo se fijara en la bonita niña de rizos definidos y un beso en la comisura derecha. Sin duda alguna, Peter Pan es uno de los cuentos más sinceros que nos contaban de chicas respecto al amor. Nada de zapatos de cristal que no se rompen, nada de besos que rompen maldiciones ni castillos protegidos por dragones.. Sino una chica enamorada de un chico que solo quiere a otra…”

Que le iba ha hacer, no me lo esperaba, yo llegue con mis amigas donde se encontraba el resto, levante la cabeza y ahí estaba, no podía ingeniármelo, he incluso dude de si era el, que por desgracia si que lo era.

No había cambiado nada, físicamente seguía tan atractivo y con su sonrisa fea, pero especial que enamoraba a cualquiera, su forma de vestir y su pelo tan pijo como de costumbre pero.... no era el mismo, ya no me miraba como antes, de hecho, no me dirigía la mirada, eramos dos extraños, como si nunca nos habríamos conocido, como solía ir diciendo el por ahí. Todas nuestras aventuras  que vivimos de niños se habían perdido, como lo nuestro no funciono y como es un autentico gilipollas, mando a la mierda todo, cosas que no tenían nada que ver, perder nuestra amistad. 

La verdad es que me había dolido mucho verle, tantos recuerdos que había guardado con llave para no sacarlos y que de repente volaron por toda mi mente, quizás la que cambio fui yo, pero, que tenia antes que ahora ya no, era la misma y el sabía como era de sobra. Lo que sigo sin entender es como o por que el jodido destino hizo que nos volveríamos aver, estos últimos ocho meses había aprendido a estar sin el, no lo necesitaba, pero el ataque que me lanzo el destino no lo entenderé ni hoy ni nunca.

Sabes mi nombre pero no mi historia.

 

 Escuchaste lo que hice, pero no por lo que pasé. 

 

Sabes dónde estoy, pero no de dónde vengo. 

 

Me ves sonreír, pero no sabes lo que sufrí.

 

Saber mi nombre no significa conocerme, deja de juzgarme.